Son ejemplos del nuevo mundo multipolar, liderado por dos superpotencias (EE.UU. y China) que libran una Segunda Guerra Fría; Europa, fuerte en lo económico pero débil en lo militar (y, por tanto, sin gran capacidad de influencia internacional).
Por Enrique Sánchez. 31 agosto, 2022. Publicado en Correo, el 30 de agosto de 2022.
La disolución de la URSS (1989-91) marcó el final de la Guerra Fría y el inicio de décadas de Pax Americana. En el nuevo mundo unipolar, Estados Unidos imperaba en la economía (Banco Mundial, FMI, dólar, etc.), en la diplomacia y en la fuerza militar. Hasta el punto que, aguijoneada por el terrorismo de Al Qaeda, emprendió dos guerras asiáticas (Afganistán e Iraq) injustificadas y fallidas.
A partir de la primera década del siglo XXI, China creció a un ritmo altísimo, abandonó la extrema pobreza y realizó inversiones por todo el mundo. Compró, por ejemplo, gran parte del puerto ateniense del Pireo, o del aeropuerto de Toulouse. Y financió a decenas de países en vías de desarrollo, con el fin de ganar influencia política sobre ellos.
Además, fortaleció mucho su Academia y su capacidad de innovación. Entre 2018 y 2020 China publicó el 27% de los artículos académicos más citados del mundo, seguida de Estados Unidos (25%) y Gran Bretaña (5%). De acuerdo a esta métrica, China es ya el primer productor científico, tanto en cantidad como en calidad.
Son ejemplos del nuevo mundo multipolar, liderado por dos superpotencias (Estados Unidos y China) que libran una Segunda Guerra Fría; Europa, fuerte en lo económico pero débil en lo militar (y, por tanto, sin gran capacidad de influencia internacional); Rusia, hoy socio menor de China, con más recursos naturales que tecnología); o India (que busca su propio camino económico y geopolítico).
A ello habría que sumar una serie de democracias del Pacífico muy ricas (Japón, Corea del Sur, Taiwán y Australia), socias de Estados Unidos frente al gigante autocrático chino. Hoy es Asia Oriental, y Taiwán en particular, el punto de colisión entre titanes. Ojalá puedan resolverse las diferencias de modo pacífico (bien sea a través de la disuasión o de acuerdos), por el bien de todos.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.
